FUNCIONES DEL LENGUAJE (II)

Función emotiva: Esta función no se ve como tal, el emisor no expresa sus sentimientos, lo que hace es despertar los del espectador, es capaz de conmoverle.

Cuando uno ve a los conejos surgir de la nada, cuando empiezan a salir de sus escondrijos, a formarse a partir de una pequeña masa de plastilina, no puede evitar relacionarlo con el nacimiento.

También son muy importantes los cambios de luz, las sombras que se producen, que muestran el paso del tiempo, de forma acelerada, contribuyendo a formar el aura especial que caracteriza al anuncio.

Las caras de la gente, con sonrisas contagiosas, una persona mayor, un niño, una joven saltando de alegría, transmiten de forma muy eficaz ese sentimiento al espectador, haciendo surgir en él, de manera inconsciente, un gesto similar.

Función conativa: Atendiendo al punto anterior deducimos que se cumple con creces esta función.

Es difícil demostrar si el anuncio provoca en el espectador la necesidad de comprar el producto, pero lo que es indudable es que no deja a nadie indiferente. Consigue que el receptor adopte una postura relajada ante el anuncio, haciéndole más vulnerable a la persuasión. Además de conseguir que vea el producto de forma positiva.

Función referencial: El spot no informa acerca de todas las características del producto, ya que existen infinidad de televisores, y casi todos los elementos de estos son comunes. Exalta sólo una, la que lo diferencia, la que sobresale por encima de todas, en resumen, la que hace a este especial, mejor que los demás. Esta es, la idea de una definición de color insuperable, eje central del anuncio.

Sin embargo, esto es lo que caracteriza esta función, dejar de lado los sentimientos del emisor y centrarse en lo que quiere informar, lo cual consigue perfectamente.

La manera de hacerlo es básicamente la misma para todos sus anuncios. No se dice ninguna palabra (ni cantada ni hablada) y escritas sólo aparecen cuatro: “colour like no other”, además de las que se muestran al final, al indicarse cuál es el producto: sobre un fondo negro aparece una televisión en la que se lee: “Bravia” en letras grandes y “new LCD television” debajo, en letras más pequeñas.

Función poética: Sin lugar a duda es la función que predomina sobre las demás.

El spot tiene un grandísimo atractivo visual y una creatividad sobresaliente.

A nuestro modo de ver es uno de los pocos anuncios que apetece ver, únicamente por la belleza de las imágenes. Es una auténtica obra de arte.

Se mezclan de forma magistral la música y las imágenes, captando la atención del receptor excelentemente.

Función metalingüística: No está presente en el spot, no habla sobre el propio lenguaje.

Función fática: Función de gran importancia en el anuncio. En todo momento, como en todo spot, se intenta no perder la atención del receptor. Aquí se apoyan para ello en una gran variedad de colores llamativos, que cambian cada poco tiempo, así como el hecho de que los conejos se vayan transformando en otros objetos, con lo que no da tiempo a que el espectador se aburra, no se hace monótono.


Desvío y desautomatización:

Estos dos conceptos están estrechamente relacionados con las funciones del lenguaje.

Desvío: Definimos este, como la lengua que se desvía del uso convencional. En este anuncio se cumple, ya que es muy novedoso, nunca antes se había visto nada igual.

Desautomatización: De este carácter novedoso se desprende que el anuncio también actúa en este nivel. El hecho de ser tan novedoso, sorprende al espectador, causa en él un efecto inesperado. Como ejemplo podemos mencionar la figura del conejo gigante de plastilina, o los 200 pequeños, aspectos nunca antes vistos en un anuncio.

Funciones del texto según Barthes:

Función de intriga: En este anuncio, los creativos de la empresa optaron por dejar todo el protagonismo a la imagen y la música relevando a un segundo plano el texto. Esto crea en el espectador una sensación de intriga durante todo el spot, para dejar que la última imagen descubra lo que se quiere vender.

Mantiene la atención del receptor a un alto nivel y fomenta el interés hacia la campaña en general, así como hacia nuevas expresiones de la misma.

Función identificadora: El hecho de ser un anuncio tan original, que mantiene tan bien la atención del espectador, crea un clima distendido, una sensación de comodidad que hace más vulnerable al espectador frente a la persuasión.

Cuando al final del anuncio aparece la marca y el producto, el receptor lo interioriza y lo reconoce con mayor facilidad y durante más tiempo. Identifica el visionado del anuncio con una sensación agradable y está más abierto hacia una posterior compra, que al fin y al cabo es el objetivo primordial.

Función de anclaje icónico o lingüístico: El texto es breve, claro, directo, lo que favorece la memorización de la que hablábamos en el punto anterior. Sólo hay que atender a una característica, alrededor de la cual giran todos los elementos que aparecen en el anuncio por lo que este se relaciona rápidamente con el producto a vender. Se crea un vínculo spot-producto muy fuerte.

Función complementaria: Esta función no juega un papel demasiado importante en esta campaña. No es necesario explicar nada mediante palabras, ya que la imagen habla casi por si misma. Su fuerza expresiva hace que se pueda prescindir de información adicional, que por otro lado carece de importancia aquí, ya que como hemos dicho, sólo ha de resaltarse una idea, el color, lo demás es secundario.

El texto no aporta nada nuevo.

Por lo tanto en este epígrafe sólo cabría destacar un fin connotativo, en el que el mensaje se enriquece con la imagen, a la cual se asocian diversos significados.

Función de trasgresión del código esperado: Cumple esta función, ya que por lo general, en un anuncio esperamos que se nos expliquen a fondo todas las características del producto, y nos sorprende que este base todo el efecto a causar, en las imágenes y la música, dejando el texto reducido a unas pocas palabras los últimos segundos del spot.

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